Masturbación, entre mito y placer
Conocer nuestro cuerpo para saber qué gusta y qué desagrada, dónde
hacerlo, a qué velocidad y de qué manera es una forma sutil y privada
para descubrir qué nos puede generar placer.
Una manera de conocernos es a través del
autoejercicio de la función sexual, que no es más que la
autoestimulación y estimulación de los órganos sexuales y demás zonas
erógenas, hasta eventualmente alcanzar un orgasmo, de forma solidaria o
compartida, con la utilización o no de objetos, fantasías o juguetes
sexuales. Es practicada por ambos sexos como expresión de alternativa
sexual a lo largo de toda su vida. Es conocida también como masturbación
y socialmente aún no se habla de ella por los mitos que la rodean.
Antes se pensaba que causaba daños físicos y mentales, se le culpaba
de melancolía, histeria, ceguera, pero luego de las investigaciones
efectuadas por el sexólogo estadounidense Alfred Kinsey, se evidenció
que era una práctica muy común, ya que 9 de cada 10 varones y 6 de cada
10 mujeres admitieron haber hecho alguna vez.
Tanto el varón como la hembra, pueden realizar el autoejercicio de la
función sexual, no hay una edad determinada de inicio o de culminación.
Esta práctica puede estar presente desde la infancia, como exploración
física y abarca todo el ciclo de vida hasta en el adulto mayor como
forma placentera de autosatisfacción o satisfacción sexual, a solas o
con la pareja.
Para el médico sexólogo Edison Pazmiño las mujeres con dificultad
para fantasear, o que son poco creativas en los encuentros con su
pareja, pasivas y rutinarias, tienen baja calidad y poco número de
orgasmos. En cambio, las mujeres que se erotizan con más facilidad, que
tienen fantasías, que reconocen cada parte de su cuerpo, pueden lograr
varios orgasmos, y una forma de ampliar su repertorio erótico es
conociendo su cuerpo a través de autoejercicio de la función sexual.
En el año 2003, en un estudio realizado por un equipo de
investigadores australiano dirigido por Graham Giles de The Cancer
Council, publicó que la masturbación frecuente en los hombres puede
ayudar a provenir el desarrollo del cáncer de próstata y puede ser más
efectiva para la eyaculación mediante coito.
Nos comenta el especialista Pazmiño que son muchos los beneficios que
pueden tener la hembra o el varón con el autoejercicio de la función
sexual, desde conocerse hasta libera tensión, como analgésico, es seguro
y no hay riesgos de embarazos no deseados e infecciones de transmisión
sexual.
Se considera que el autoejercicio de la función sexual desempeña un
papel esencial en la evolución del sistema de respuesta sexual de los
seres humanos durante la infancia, la niñez y la adolescencia,
posteriormente como una forma más de experiencias sexual necesaria,
estimulante y beneficiosa para los adultos.
Mitos más frecuentes
- La masturbación causa daños físicos: acné, pérdida del cabello, pelos en las manos, disminución del deseo sexual.
- Es algo compulsivo. Una vez que se empieza ya no puede detenerse.
- Sólo se masturban los adolescentes.
- Si tienes pareja no debes masturbarte.
- Las mujeres que se masturban son muy demandantes de sexo y difíciles de complacer.
Beneficios
- Conocer tus zonas erógenas.
- Aumenta la satisfacción en la relación personal y con la pareja.
- Eleva la autoestima.
- Ayuda a la relajación y alivio del estrés.
- Crea responsabilidad sobre las propias necesidades sexuales.
- Es una forma de estar activo, así no se tenga pareja.
- Tonifica los músculos pélvicos y alivia el dolor menstrual.