El tema de esta edición surge a partir de la
polémica suscitada por la cinta Nymphomaniac, de Lars Von Trier, la cual
fue lanzada el 28 de febrero en Colombia, y que según afirma Mauricio
Marmolejo, gerente de mercadeo y comunicaciones de la distribuidora
Cineplex, “ha tenido más de 65 mil espectadores en las seis semanas que
lleva disponible al público”.
Un dato que le arroja más fuerza a la temática y
que soporta la tesis de que la ninfomanía llama poderosamente la
atención de la mayoría de personas —sea por el mismo tabú que encierra, o
por algún interés en especial—.
No en vano Marmolejo contó que hay una gran
expectativa en torno al lanzamiento de la segunda parte de la cinta
Nymphomaniac, el cual está preparado para el 25 de abril próximo. “Ha
sido tanta la presencia que ha tenido el tema principal de esta
película, que a diario recibimos cientos de correos electrónicos y
comentarios de personas que quieren que la cinta llegue hasta sus
ciudades”, concluye.
Interés en redes sociales
Nos tomamos la tarea de hacer una búsqueda de los
‘tuits’ que han escrito algunos usuarios de Twitter, a lo largo de los
años sobre la ninfomanía, y el ejercicio arrojó que algunos hombres
mencionan —sea a modo de chiste, burla o en tono sarcástico— que desean
en su vida a una ninfómana como pareja. ¿Coincidencia?
Edison Pazmiño. Sexólogo y médico
La ninfomanía es un trastorno en el cual la
paciente siente ganas de tener actividad sexual un número excesivo de
veces. Se debe descartar en estados iniciales de relaciones pasionales
donde la intensidad en el número de veces de los encuentros sexuales
está presente y dentro de parámetros fisiológicos, sin causar ansiedad
ni insatisfacción sexual. Una ninfómana puede contraer cualquier tipo de
infección de transmisión sexual y no sexual infecto contagiosas, y por
la intensidad de los encuentros sexuales, laceraciones, ulceraciones de
la mucosa vaginal y partes adyacentes de la vulva, como también dolores
genitales crónicos durante y después del coito. Además puede ser víctima
de abuso sexual y agresión física. A nivel emocional, el sentido de
culpa, la tristeza, la rabia y la frustración. @tusexologoep
Cristian Cipriani. Director de contenido adulto para cine y TV
‘Nymphomaniac’ es una cinta que atrae al género
femenino, porque el tabú de que una fémina pueda ser una ninfómana real,
está latente, y las mujeres quieren ver qué grado de ninfomanía tiene
cada una en lo más interno de su ser: y la cinta se presta como un
medidor para ello. ¿Diferencia entre una actriz porno y una ninfómana?
Las actrices porno colombianas con las que he trabajado no son para nada
sexuales, a diferencia de las americanas que son muy calientes. De
hecho he comprobado que las mejores amantes no son las que se dedican al
gremio sexual, sino las amas de casa, las casadas, las que no tienen un
mundo sexual facturable. Además, una ninfómana casi nunca cobra por
sexo. Al contrario, pagaría por él
Maicol Insignares. Pastor de jóvenes
Una de las cosas que establece la Biblia en cuanto
a los excesos, en este caso al tema de lo sexual, es en 1 de Corintios
capítulo 6, verso 1, donde el apóstol Pablo dice que todo nos es lícito,
pero no todo nos conviene. Luego encontramos otra parte que dice “acaso
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo”. Ahora la
gente ve al sexo como una manera de olvidar las dificultades y lo
convierten en un vicio. Y este mal manejo de la sexualidad, trae consigo
las enfermedades físicas y del alma. Cómo puede una joven enfrentar una
relación seria, después de tantas heridas que le deja vivir bajo esa
adicción al sexo. Eso nos degrada como seres humanos y Dios lo ve con
mucho dolor. Él creó el sexo. La sexualidad no es mala, pero cuando se
llega a la hipersexualidad, causa un daño en el cuerpo y el alma.
Vivian Stusser. Escritora erótica y psicóloga
Para mí la ninfomanía no es más que una adicción
al sexo. No niego que puedan existir condiciones físicas, orgánicas o
bioquímicas que puedan producir esos síntomas, pero voy a referirme a lo
que considero una alteración psicológica. Hay personas a las que les
gusta el sexo más que a otras, y lo practican más a menudo. Y cuando
esto se convierte en patológico, —léase enfermizo, insano, porque la
ninfomanía es una enfermedad, no una elección—, la necesidad de
practicarlo se torna el centro de nuestra vida, y nos lanzamos a una
búsqueda frenética que afecta nuestro desenvolvimiento social y
personal.
¿Qué pasa si el adicto no tiene la posibilidad de practicar sexo, o sea
satisfacer su adicción? Se desesperará hasta el punto de empezar a
experimentar síntomas físicos, que en alcohólicos y drogadictos se llama
síndrome de abstención. No podrá concentrarse en nada más. ¿Qué ocurre
cuando se logra la ansiada relación sexual? Se experimenta una
satisfacción o alivio momentáneo muy precario, y muy pronto volverá la
necesidad de buscar la fuente de ‘placer’. Por otro lado, para un
escritor erótico resulta muy atractivo este tema, porque le permite
justificar cualquier cantidad de escenas de sexo sin necesidad de tramas
complicadas. Las novelas sobre personas con una conducta sexual
desenfrenada son casi un tópico en la literatura erótica. No obstante,
la calidad de la obra dependerá, en mi opinión, de qué tanto sea capaz
el autor de profundizar en la psicología de su personaje y desentrañar
los determinantes de su conducta adictiva. En el caso de la protagonista
de mi novela erótica ‘Bisexual’, ella sufre una adicción sexual que yo
llamaría de tipo reactivo, desencadenada por un trauma sufrido al
descubrir a su esposo teniendo sexo con otro hombre, algo que su mente
convencional no pudo asimilar ni mucho menos superar.
IMPORTANTE
¿Esta condición nace con la mujer o se va desarrollando a partir de las experiencias socioafectivas que esta tenga?
Edison Pazmiño, magíster en sexología Médica del
Centro de Investigaciones Psiquiátricas y Sexológicas de Venezuela,
expresa ante este interrogante que la condición de ninfomanía en las
mujeres puede ser de curso primario, es decir, “que se presenta desde el
inicio de su vida sexual”. O bien, puede ser de curso clínico
secundario, cuando después de una vida sexual satisfactoria y saludable
se presenta la patología por diferentes factores asociados al desarrollo
de esta entidad clínica.