Médico - Sexólogo

lunes, 19 de enero de 2015

Prisioneros en el cuerpo equivocado: cómo puede convertirse un hombre en mujer

Prisioneros en el cuerpo equivocado: cómo puede convertirse un hombre en mujer

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Fuente: Dr. Edison Pazmiño, médico y sexólogo

Cada año se desarrollan en España cerca de 150 intervenciones de cambio de sexo. Los pacientes son personas con problemas de identidad de género que han elegido adaptar sus características sexuales primarias y secundarias al sexo al que sienten que pertenecen.

En base a la Ley /2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas, los problemas de identidad de género deben ser verificados por un psiquiatra, un psicólogo y un endocrino, que confirmarán que el paciente no tiene patologías como la esquizofrenia, y constatarán que realmente sí sufre de disforia de género. El proceso de solicitud para la cirugía de reasignación de sexo puede durar 2 años.

Tras la valoración psiquiátrica, tiene lugar la hormonación a cargo de endocrino y la terapia psicológica que ayudará al paciente a asumir su nueva identidad sexual.

Un hombre que se siente mujer y decide vivir como tal de un modo natural deberá seguir un tratamiento hormonal durante toda su vida, el cual incluirá inyecciones semanales, píldoras y cremas diarias.

Esta terapia, que tiene la finalidad de inhibir las hormonas masculinas e introducir hormonas femeninas, no está exenta de efectos secundarios, como cambios de humor y problemas en el hígado.
En algunos casos el tratamiento es suficiente para hacer crecer el pecho, influyendo en la calidad de la piel y del pelo, y variando la distribución de la grasa corporal, pero los resultados son subjetivos. La voz, por norma general, no cambia por efecto de la hormonación, aunque es posible realizar una operación o ejercitarla para conseguir un timbre de voz más adecuado.

Para obtener la completa reasignación del sexo es obligatorio someterse a una intervención quirúrgica de vaginoplastia, mientras que otros cambios dependen de la exigencia del paciente, como la mastoplastia de aumento de senos, la reducción de la nuez de Adán y la extirpación de las dos últimas costillas para conseguir una cintura más sinuosa.

La intervención de vaginoplastia tiene una duración que oscila entre las seis y siete horas y se desarrolla en dos fases: la primera consiste en la extirpación de los órganos genitales masculinos, la segunda es reconstructiva. Entre el recto y la vejiga hay una cavidad en la que se crea una neovagina con la piel del pene, mientras que con una porción del glande se construye un clítoris sensible. Finalmente, los labios vaginales grandes y pequeños se crean con el tejido del escroto y se modela el monte de venus para conseguir una forma lo más parecida posible al órgano femenino. Con posterioridad se puede efectuar una pequeña intervención ambulatoria de modelado.

La vaginoplastia es una operación complicada, requiere de una estancia media hospitalaria de diez días, pero asegura tener resultados óptimos tanto desde el punto de vista estético como funcional.
Tras la intervención quirúrgica y el tratamiento, todo a cargo del servicio sanitario, tiene lugar el cambio de sexo que prevé la ley y que afectará a los documentos legales, aunque dicho cambio también se puede realizar con anterioridad a la operación

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